jueves, 30 de julio de 2015

Persecución: No nos Arrodillaremos...



Ministerio Gracia Soberana


El domingo pasado por la noche (19 de julio), Dr. John MacArthur se dirigió a la iglesia para hablar acerca de la respuesta de la iglesia a una sociedad americana que crece en repudio a la moralidad bíblica y la verdad del evangelio. El artículo de hoy es una adaptación de tal mensaje.






En este país (EEUU) se habla mucho acerca de ataques terroristas.

Casi todo ciudadano americano puede recordar algunos de los hechos de terrorismo más atroces en contra de nuestro país. Pero permítame sugerirle lo siguiente:

Dos de los ataques terroristas en los Estados Unidos fueron perpetuados por la Suprema Corte.

El primero fue la legalización del aborto. A partir de esa decisión millones de bebes han sido asesinados en el vientre de sus madres. Es inconcebible comprender el grado de las consecuencias de este hecho, la sangre de aquellos cuyas vidas claman desde la tierra por venganza divina sobre esta nación.

El segundo hecho de terror perpetuado por la Suprema Corte fue la legalización de matrimonios del mismo sexo. 

Primero fue la destrucción de vidas humanas en el vientre de sus madres y ahora es la destrucción de la familia. Ninguna bomba, explosión o ataque puede compararse a este tipo de terrorismo que se está llevando acabo por aquellas personas que son responsables de proteger este país, aquellos que defienden la ley misma.

Ninguna corte tiene la autoridad de redefinir moralidad.

Ninguna corte tiene la autoridad de redefinir moralidad, pero nuestra corte ha dicho que el asesinato no es asesinato, que el matrimonio no es matrimonio y que la familia no es familia.

Ellos han usurpado la autoridad que sólo le pertenece a Dios, el cual creó la vida, el matrimonio y la familia. Todo esfuerzo por redefinir la moralidad en contra de Dios es una forma de rebelión y blasfemia, blasfemia en contra de Dios, en contra de su santa naturaleza, su santa ley y su santo pueblo. Esta nación, desde sus niveles más altos, ha tomado una postura en contra de Dios.

Tal rebelión y blasfemia es posible por la corrupción de los corazones pecaminosos que componen ésta y cualquier otra nación. No cabe duda, Satanás y sus demonios están detrás de los corazones corruptos y pecaminosos, haciendo que este tipo de cosas sean posibles y se lleven acabo. Por esa razón, la Biblia nos dice que el mundo mismo se encuentra en el regazo del maligno.

Satanás gobierna un mundo lleno de pecadores, teniendo poder en altos mandos de gobierno. Él gobierna el reino de las tinieblas y como tal odia y busca destruir todo lo que sea luz, verdad, puro, santo, virtuoso y bueno.

Les digo todo esto para que no se sorprendan. Es cierto, durante unos cientos de años los Estados Unidos disfrutó de un respiro excepcional de este tipo de conflicto, el cual la mayoría del mundo siempre a conocido. Pero tal respiro parece haber llegado a su fin.

El verdadero campo de batalla es en contra de Dios, de Cristo, del Espíritu Santo, de la Biblia, de la iglesia y del evangelio.

Y por lo tanto quiero recordarles que el homosexualismo, el matrimonio homosexual y la transición de género no son los verdaderos campos de batalla. El verdadero campo de batalla es en contra de Dios, de Cristo, del Espíritu Santo, de la Biblia, de la iglesia y del evangelio. Toda blasfemia en contra de Dios proviene de aquellos que odian a Dios, odian a Cristo y odian el evangelio. Satanás mismo, el archi-enemigo de Dios, alimenta su odio.

En el libro de Génesis, Dios nos dice claramente que él los creó varón y hembra, no algo a la mitad. Él definió el matrimonio como el hecho cuando un varón y una hembra se unen y crean una unión de por vida y tienen hijos. Eso es el matrimonio. Pero uno no tiene que leer mucho más adelante en el mismo libro de Génesis para descubrir que la gente comenzó a practicar la poligamia, el incesto, la prostitución y la homosexualidad (todo esto hasta el capítulo diecinueve). Todas estas desviaciones y perversiones en el libro de Génesis suceden después de la caída del hombre.

Como tales, estas corrupciones han marcado la sociedad humana desde su inicio. El objetivo de Satanás, y subsecuentemente el objetivo de aquellos que están sujetos a Satanás, es el destruir todo lo que Dios ha hecho. Ellos son enemigos de Dios, de Cristo y de la verdad de la Escritura y del evangelio.

El objetivo final no es simplemente redefinir género o redefinir el matrimonio. El objetivo es destruir aquello que Dios ha diseñado.

En los Estados Unidos podemos ver una rampante expansión del pecado de la homosexualidad y sus perversiones relacionadas, lo que me lleva a pensar que estamos viviendo en Romanos 1.

¿Cómo sabemos cuando la ira de Dios está sobre una sociedad? Primeramente, según Romanos 1:24, existe una revolución sexual; nosotros ya la vivimos en los años 1960s. Depuse hay una revolución homosexual (Romanos 1:26-27), seguida finalmente por el caracterizar a tal sociedad como teniendo una mente reprobada (Romanos 1:28). Esto ocurre cuando el razonamiento mismo es producto de las revoluciones sexuales y homosexuales. Nosotros nos encontramos aquí, en donde la la sociedad es tan corrupta que no existe marcha atrás.

Las personas a las cuales les fue dada la responsabilidad de pensar con claridad por los demás en nuestro país, el presidente, los líderes, la Suprema Corte, aquellos que que deberían tener la mentalidad más clara de la nación y los cuales tiene la responsabilidad de proteger esta nación, no pueden pensar con claridad.

No existe un sólo juez en la Suprema Corte que conozca lo que dice la Biblia acerca del homosexualismo y aun así lo afirman. Eso es tener una mente reprobada, y eso es lo que dominará nuestra sociedad, por lo que nosotros los cristianos somos la minoría. Pero, siempre hemos sido la minoría. Todo lo que ha sucedido es que hemos experimentado un indulto en nuestro pequeño espacio en la historia de la humanidad. Nosotros nos definimos con las maravillosas e inspiradoras palabras de Pedro como “linaje escogido” y “nación santa.”

Cristo es nuestro Rey y la Escritura nuestra ley.

Cristo es nuestro Rey y la Escritura nuestra ley. Ahora, de manera que no hemos experimentado aún, la Escritura y las leyes de nuestra nación chocan de frente, y nosotros vamos a sentir el impacto. Ahora nosotros somos el blanco, y no existe manera de cubrir esta realidad, así están las cosas.

Por lo que permítanme decirlo con claridad: nosotros no nos arrodillaremos ante Cesar. Nosotros nos arrodillamos ante nuestro Rey.

Hace unos días busqué en mi Biblia algún lugar donde pudiera encontrar el termino “arrodillarse.” Está en todas partes en el Antiguo Testamento. Desde personas arrodilladas delante de un superior existen muchos ejemplos e ilustraciones. 


Pero un punto es sumamente claro:

Mientras que personas infieles se arrodillaban delante de ídolos y reyes limpios, las personas fieles jamás se arrodillaron. Mardoqueo no se arrodilló, Daniel no se arrodilló, sus amigos no se arrodillaron, Jesús no se arrodilló y Pablo no se arrodilló.

Habrá un lluvia de persecución, estos serán días muy difíciles. Pero nosotros no nos arrodillaremos. Seremos amables y seremos amorosos, pero siempre daremos a Dios lo que es de Dios.




Fuente: https://www.facebook.com/permalink.php?story_fbid=1452550485052544&id=100008928189454



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